El ligamento cruzado posterior (LCP) es una estructura muy resistente en el interior de la rodilla cuya función es limitar la traslación posterior de la tibia respecto al fémur. Esta alta resistencia hace que sea una lesión poco frecuente, a diferencia del ligamento cruzado anterior que es menos resistente y se lesiona con mayor frecuencia
El LCP no es la única estructura que limita la traslación posterior de la tibia, conforme la rodilla se va estirando entran en juego otras estructuras como los ligamentos el ángulo postero-externo, por ello es importante que un especialista en rodilla explore estas estructuras de forma adecuada para diagnosticarlas
¿Cómo se diagnósticas las lesiones del ligamento cruzado posterior?
El inicio del diagnóstico de las lesiones del ligamento cruzado posterior comienza con un análisis del mecanismo causal. Estas lesiones se suelen producir por traumatismos de alta energía por hiperextensión de rodilla con el pie en flexión plantar o por traumatismos directos sobre la cara anterior de la pierna con la rodilla flexionada, como en un choque frontal en un accidente de tráfico con las rodillas sobre el salpicadero o un choque de un delantero con un portero el cual tiene la rodilla flexionada para parar el balón.
Otro índice de sospecha de lesión del LCP es lo que el paciente manifiesta, en lesiones agudas (recientes) los pacientes suelen manifestar dolor en la región posterior, un derrame moderado y dificultad para la extensión de la rodilla en los últimos grados.
En pacientes con roturas crónicas (de meses de evolución) los pacientes suelen manifestar dolor anterior de rodilla, a diferencia de las roturas del ligamento cruzado anterior en los que los síntomas suelen ser por inestabilidad y fallos
Los pacientes con roturas del LCP asociada a roturas de otros ligamentos, suelen tener una inestabilidad franca, notando que ¨la rodilla se va¨ y en ocasiones la carga sobre una pierna no es posible. En estos pacientes es importante valorar el estado vascular de la pierna por la posibilidad de la lesión de la arteria poplítea.
Un especialista en rodilla hará una exploración física minuciosa en la que la prueba más fiable es el cajón posterior en rotación interna, neutra y rotación externa, y el test del resalte dinámico posterior. Dial test para valoración de lesiones asociadas del ligamento cruzado posterior como son las lesiones del ángulo postero externo.
Las pruebas de imagen como la resonancia magnética ayudan a confirmar la lesión del ligamento cruzado posterior con una fiabilidad de hasta el 96% en lesiones totales. Las radiografías estáticas y dinámicas ayudan a valorar lesiones asociadas como artrosis, fracturas o alteraciones del eje.


¿Qué le pasa a mi rodilla si me he roto el LCP?
En las roturas parciales aisladas del ligamento cruzado posterior se estima que la mitad de los pacientes podrán retornar a su actividad deportiva y laboral con normalidad.
Los pacientes con roturas aisladas del LCP suelen tolerar bien el dolor y la inestabilidad debido a que estas lesiones a diferencia del ligamento cruzado anterior pueden cicatrizar.
Los pacientes con lesiones del ligamento cruzado posterior pueden presentar inestabilidad en ciertos gestos en los que necesitar flexionar (doblar la rodilla) con cierto peso, como por ejemplo al bajar escaleras o agacharse para cargar pesos.
A largo plazo las roturas del ligamento cruzado posterior pueden provocar que las articulaciones femoropatelares y femorotibiales internas se degeneren con mayor frecuencia y/o rapidez que un paciente sin lesiones en la rodilla.
¿Cuál es el tratamiento de las roturas del LCP?
El tratamiento de la rotura del ligamento cruzado posterior depende de muchos factores, por ello es fundamental consultar con un traumatólogo especialista en rodilla.
En lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior suele ser suficiente con un tratamiento conservador
Muchos pacientes con una rotura aislada del ligamento cruzado posterior y una buena potencia muscular pueden volver a trabajar y hacer deportes de contacto como fútbol o rugby.
Tratamiento conservador de las roturas del ligamento cruzado posterior en 4 fases:
–Fase I (Hasta la 6º semana)
Protocolo RICE (Reposo, hIelo, Compresión y Elevación. 7-14 días.
Descarga del miembro afecto, no cargar peso en la pierna afecta durante las primeras dos semanas, luego comenzar con carga parcial progresiva.
Rango de movilidad entre 0º de extensión y 90º de flexión (regular en la órtesis), durante las primeras 2 semanas, luego ir progresando.
Uso de órtesis articulada con flejes regulables para evitar la inestabilidad y la translación posterior de la tibia, uso para dormir y hacer la rehabilitación, excepto en decúbito prono (boca abajo) que se puede retirar, se debe mantener las primeras 6 semanas.
Ejercicios de:
-Movilización de rotula.
-Movilización pasiva (un fisioterapeuta nos ayuda a mover la pierna) en decúbito prono.
-Isométricos de cuádriceps, elevar la pierna recta.
-Estiramientos de gemelos.
-Abducción y aducción de cadera.
-Fase 2 (Desde la 6º a la 12º semana).
Dejar la ortesis y muletas de forma progresiva.
Se puede comenzar a hacer bicicleta y piscina de forma suave y progresiva.
Comenzar a caminar en cita con aumento progresivo de la inclinicación.
Sentadillas suaves con pie fijo en el suelo hasta 70º de flexión
Añadir estiramientos de isquiotibiales.
–Fase 3 (Desde el a 12º a la 18º semana)
Abandono de ortesis y muletas.
Sentadillas hasta 90º e introducción de peso de forma progresiva.
Se permite iniciar carrera cuando el diámetro del cuádriceps sea igual o superior al 90% del cuádriceps sano.
¿Cuándo se opera el ligamento cruzado posterior?
El ligamento cruzado posterior se opera en:
–Lesiones combinadas con otros ligamentos, llamadas lesiones multiligamentarias, la opción es el tratamiento quirúrgico debido al alto grado de inestabilidad en la rodilla.
-En pacientes con roturas aisladas del ligamento cruzado posterior de larga evolución, en los que pese a una adecuada potenciación muscular manifiestan dolor de rodilla y fallos, puede ser necesaria una reconstrucción del ligamento cruzado posterior mediante cirugía.
-Los pacientes con una lesión aguda, reciente, del ligamento cruzado posterior con una avulsión ósea en la zona tibial, se puede realizar una reparación o fijación primaria durante las primeras semanas tras el traumatismo.
¿Cómo se opera el ligamento cruzado posterior?
La cirugía del ligamento cruzado posterior depende de si se realiza en fase aguda o crónica.
En fase aguda, lesiones recientes, se puede realizar un reanclaje de la pastilla ósea en la zona de la tibia mediante unas suturas trans óseas o un tornillos, esto se puede asemejar a una fractura de hueso que se fija.
En fase crónica, lesiones de larga evolución, se debe realizar una reconstrucción del ligamento, para ello se suele usar un aloinjerto (un tendón de donante). Se realiza un túnel en la tibia y otra en el fémur con unas guías específicas, de tal forma que los punto de entrada y salida de los túneles reproduzcan los puntos de inserción del ligamento cruzado posterior nativo.
Es una técnica altamente exigente, que deben realizar cirujanos especialistas en rodilla, habituados a realizar técnicas artroscópicas y abiertas complejas.